Las redes sociales como tendencias adictivas
Hace algunos años cuando la influencia de las redes sociales no era tan grande en el año 1996 la doctora Kimberly Young de la Universidad de Pittsburg y creadora del
Center for On-Line Addiction estableció una serie de criterios para diagnosticar el "Síndrome de Adicción al Internet" (IAD), este síndrome se caracteriza por el uso excesivo y dependiente del internet que se manifiesta a través de síntomas cognitivos, conductuales y fisiológicos que distorsionan los objetivos personales y profesionales. Posteriormente en 1997 Morahan-Martin y Schumacker definen al IAD como: Uso compulsivo del internet, por otro lado la Pathological Internet Use (PIU) lo definió como: El uso patológico del internet gracias a las contribuciones de Young y Rodgers en 1998.
La quinta edición del Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM) editado por la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) (2014) no señala la adicción a Internet en los diagnósticos de desordenes mentales (aunque se hizo la observación de la inclusión), sin embargo, esta versión optó por reconocer como desórdenes algunas derivaciones concretas y específicas sobre el uso de la tecnología enfatizando en el "Juego desde el Internet" (cuando todavía no era el "Boom" de las redes sociales) señalándolo en la sección 3 de los trastornos que requieren más atención y que en puede ocasionar consecuencias a largo plazo como conductas anómalas en relación con su empleo abusivo e incluso generar adicción de la misma.
Los párrafos anteriores son casos que se dieron de 1996 a el año 2000 aproximadamente, poco antes de la apertura de las redes sociales, pero sentó las bases para que los psicólogos y los psiquiatras comenzaran a investigar y a fundamentar el porque de incluir dicha conducta de dependencia al Internet como trastornos de adicción en el DSM V. Por otro lado, también existe una resistencia u oposición en cuanto a reconocer dichos comportamientos como patológicos sobre todo en los grupos de élite y en las grandes empresas ya que para ambos "Internet" no solamente significa un medio de manipulación y herramienta que impulsa su negocio, sin embargo, las observaciones que se han realizado en cuánto a personal y personas que se encuentran en estas áreas manifiestan signos similares: Apago emocional, falta de concentración, cansancio y retiro.
Posteriormente del año 2001 al 2005 se seguía en disputa por clasificar dicha adicción al internet como trastorno mental e incluso una parte del sector de investigaciones de salud mental comentaron que se trataba de algo "temporal" y que no haría falta desembocarlo en una patología, sin embargo, actualmente podemos identificar y observar que la mayor parte de la población es dependiente del uso del internet y en la actualidad de las redes sociales.
En el año 2012 la Asociación Mexicana de Internet (AMIPICI) en su reporte señaló que el 90% de los encuestados usan: Facebook, YouTube, Google+ y LinkedIn. Y los datos más impactantes radicaron en una población que va de los 12 a los 34 años usando: Twitter, Facebook, YouTube y Google+ siendo la mayor proporción entre los 12 a los 24 años. Algunos datos anteriores se corroboraron y confirmaron por medio de la Consulta Mitofsky ( empresa líder que genera, analiza y presenta información para el diseño de estrategias, estimaciones de proyección y evaluación de desempeño en México, Estados Unidos y Centroamérica) que el 57% de los usuarios de Facebook tienen entre 18 y 30 años y en el caso de Twitter los usuarios que son más propensos a usar esta red social son jóvenes escolarizados y en niveles socioeconómicos altos (el 60% de los usuarios tiene entre 18 y 30 años). Otro argumento fue expuesto por la Social Baker (compañía global de marketing de redes sociales impulsada por la que ofrece una plataforma de software como servicio de marketing llamada Socialbakers Suite.) afirmando que cerca de 40 millones de cuentas en Facebook son registradas en territorio Mexicano, por lo que ocupa el quinto lugar en el raking mundial. Con respecto a Twitter, Semiocast relató que a inicios del 2012 la existencia de cerca de los 10.5 millones de cuentas registradas eran de México, ocupando el séptimo lugar mundial.

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