Las personas que son más propensas a volverse adictas a las redes sociales son: Personas ansiosas y con baja autoestima.
Las motivaciones de las personas para tener cuenta en Twitter, Facebook o Instagram son múltiples: ser visibles ante los demás, reafirmar la identidad ante el grupo, estar conectadas a los amigos o intercambiar fotos, vídeos o música. A su vez, el WhatsApp puede facilitar el enganche porque es gratuito y a menudo no se desconecta por hábito (al mirar la hora, ya se sabe si una persona tiene avisos e incluso la entradilla de los mensajes) y porque permite controlar a los demás (si han leído el mensaje, si están en línea, a qué hora ha sido su última conexión).
Pero una cosa es el mal uso de las redes y otra la adicción. El término de adicción a las redes sociales es controvertido porque no figura como tal (de momento) en las clasificaciones psiquiátricas. Sin embargo, más allá del mal uso, se puede hablar de adicción cuando su utilización supone una pérdida de control, una absorción a nivel mental y una alteración grave en el funcionamiento diario de la persona afectada. El adicto disfruta de los beneficios de la gratificación inmediata, pero no repara en las posibles consecuencias negativas a largo plazo.
Algunos síntomas que manifiesta una persona dependiente de las redes sociales son:
- Intranquilidad.
- Ansiedad si está lejos del celular o de un dispositivo que le permita acceder a redes sociales.
- Aislamiento.
- Pasar tiempo excesivo frente a las redes sociales.
Referencia:
Echeburrúa, E. (2016). ¿Cómo y quiénes se hacen adictos a las redes sociales?. Disponible en: https://www.google.com/amp/s/elpais.com/tecnologia/2018/04/06/actualidad/1523003059_867092.amp.htmlhttp://elearningmasters.galileo.edu/2017/12/13/10-consejos-para-incorporar-las-redes-sociales-en-la-educacion/
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